Muchos vinos habrá para disfrutar en el Auditorio Nacional del Sodre, el próximo jueves 9 de noviembre cuando tenga lugar el 24 Salón Nacional del Vino by Catadores. Unas 50 bodegas de todo el país presentarán sus mejores etiquetas. Como siempre, las del sur del país con centro en Canelones, nutren la mitad de la lista. El resto se reparte de forma equitativa entre el Norte del Rio Negro, el Oeste con eje en Carmelo y las del Este, mayormente de Maldonado. A continuación, va una brevísima reseña de lo que vas a poder disfrutar en este clásico evento, que regresa con más fuerza que nunca

Festival de blancos

A esta altura ya no caben dudas que la Albariño ha llegado al Uruguay para competir de igual a igual con las ya clásicas Sauvignon Blanc y Chardonnay. Ahora entre las tres, comandan la tabla de los varietales blancos con mayor oferta en el mercado. Cada año nuevas bodegas desarrollan su propio Albariño y esto se ve reflejado en los nueve que estarán en el Salón Nacional.

Giménez Méndez lo hace con uno de su línea Alta Reserva, que se destaca por ser de la primera cosecha. “Una cuarta parte fermentó en barricas francesas nuevas y el resto en acero inoxidable. Estoy muy contento con el resultado de nuestro primer Albariño”, nos comentó Mauro Giménez enólogo de la bodega.

Paa!, la marca comandada por Fernando Pettenuzzo se suma con el suyo, también de primera cosecha. Está incluido en la línea Buchetta, que se nutre de un concepto multi terroir, en la que las uvas provienen de distintos viñedos, de distintas zonas del país.

La estrategia de blancos de Bodega Garzón para el relanzamiento del tradicional Salón de Catadores es presentar sólo dos Albariños destacados: el Single Vineyard y el Petit Clos. De esta manera reafirma su fuerte apuesta a esta cepa blanca, con la total confianza que le genera, contar en sus viñedos del Este, un clima atlántico similar al gallego.

Los Cerros de San Juan, fiel a sus raíces alemanas que datan del siglo XIX, tendrá sobre el mostrador dos varietales de origen germánico – Riesling y Gewürztraminer. Dos cepas que en las orillas del Rhin y del Mosela han alcanzado su fama, por dar su mejor expresión.

La Petit Manseng es otra blanca que aparecerá en escena de la mano de Bodegas Carrau, con un Gran Reserva de Las Violetas. Pero no será el único. Artesana Winery usa esta variedad originaria del país vasco francés y la combina con la Chardonnay y logra otro blanco de gran nivel. En este caso de la cosecha 2023.

Blend de Blancos – Hay que destacar y es una buena noticia, que esta categoría viene en ascenso. Estuvimos demasiados años consumiendo sólo los varietales alineados en el eje Sauvignon Blanc – Chardonnay. Por suerte y de a poco, nuestras bodegas han decidido diversificar su producción, comenzando a ensamblar variedades y así, ofrecerle al mercado un abanico de blancos más complejos.

De las nueve etiquetas que Cerro del Toro presentará en el Salón, cuatro son de vinos blancos y dos son de este tipo: el nuevo Blanco Atlántico en base a Chardonnay – Viognier y el Alquimia Corte Único Blanco, un ensamble de Chardonnay también con Viognier, pero con un toque de Albariño para darle más carácter.

Por su parte Los Cerros de San Juan va con su Maderos Blend de Blancs, “un corte que se apoya en el Chardonnay, pero que según el año puede ir acompañado de Sauvignon Blanc o incluir también el apoyo de Riesling o Albariño”, comenta el enólogo Rodolfo Bartora.

Con esta misma concepción de no atarse a una fórmula fija, Gastón Vitale elabora el Estigma Blanc de Blancs de Piccolo Banfi“En nuestro viñedo de Colonia no tenemos uvas blancas y debemos comprarlas. Eso me permite elegir cada año, elegir las que integrarán el corte. En la añada 2023 que llevamos al Salón Nacional, el corte se armó con Chardonnay, Viognier y Chenin”, aclara el enólogo.

Por último y en este proceso de renovación y nuevas propuestas, hay una que merece destacarse y se trata de la reaparición en escena de la uva Moscatel. Muy usada para los vinos de mesa por su aroma tan particular y seductor, no estuvo en el tapete hasta ahora para el segmento VCP. Una excepción ha sido el Petit Grain Muscat de Varela Zarranz, un blanco muy perfumado que la bodega elabora desde hace mucho y que de nuevo estará en el Auditorio. Sin embargo, tres expositores ahora se suman al rescate: Pisano con su Vino de Bar Moscatel, Bracco Bosca y su Ombú Moscatel y La Bodeguita de Cacho con su Compadrón Moscatel de Hamburgo. Es que se trata de una familia muy numerosa que alberga uvas de los tres colores y que por eso según donde se las trabaje llevan el nombre local: Muscat, Moscato o Moscatel.

Festival de Tintos

No será tarea sencilla elegir cuáles vinos degustar, ya que suman un total de 270 los que estarán sobre los mostradores. Por supuesto que con mayoría de tintos y una gran participación del Tannat, como varietal o en combinación con otras cepas. La novedad “tinta” de este año, es la presencia significativa de dos variedades que vienen creciendo en el viñedo nacional: Marselan (cruza de Cabernet Sauvignon y Garnacha) y Arinarnoa (ídem de Cabernet Sauvignon y Tannat). De buen color y taninos dulces, ambas están dando excelentes resultados y nuestros enólogos apuestan cada vez más a ellas.

Las tres variedades bordelesas más difundidas – Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot – tendrán su tradicional lugar también y la Pinot Noir de Borgoña marcará presencia no sólo con sus tintos, también con algunos rosados, ya que son muchos los productores que la consideran como la mejor para elaborarlos.

Las uvas tintas españolas no han tenido mayor difusión en nuestro medio, aunque la Tempranillo va a estar de la mano de Capricho Winery y de Los Cerros de San Juan. Parecido es lo que sucede con las italianas, pero Pablo Fallabrino acude a rescatarlas y estará con el Barbera y su Sagitta Nebbiolo Grand Reserve. En el caso de esta cepa piamontesa, Javier Carrau también presentará, su consagrado Villasar Nebbiolo de Las Violetas.

Por supuesto que dirán presente los tintos legendarios: Adaggio Espressivo (J. Toscanini), Don Nelson Ariano Gran Reserva, Guidaí Detí (Varela Zarranz), Amat (Bodegas Carrau), Osiris Merlot (Antigua Bodega), Cetus Cuvée (Alto de la Ballena), Preludio (Familia Deicas), Pentavarietal (Los Cerros de San Juan), Río Colorado (De Lucca), Tannat Premium (Giménez Méndez), Petit Clos Cabernet Sauvignon (Bodega Garzón) y Corte Supremo Tinto (Toscanini Hnos.).

Aunque habrá otros de alta gama que les siguen el paso y cuyo precio supera los $1.000 y en algunos casos con creces: Gran Ombú Cabernet Franc (Bracco Bosca), Catamayor Single Barrel (Castillo Viejo), Astros Tannat Grand Reserve (Pablo Fallabrino), Tannat Chacra 1 (Campo Tinto), Casa Oriental Grand Vin (Sierra Oriental), Amadeus (Barras de Mahoma), Alquimia Tannat (Cerro del Toro), Tannat Exotic Francés (Bertolini & Broglio) y Carapé de Sacromonte.

Este enorme despliegue de etiquetas que habrá en el Salón Nacional tiene su origen en el gran trabajo que los enólogos y técnicos del sector hacen en forma diaria y a lo largo de todo el año. Y hay que tener en cuenta que no siempre los resultados son satisfactorios, pero eso no hace que bajen los brazos y, al contrario, las contrariedades les hacen redoblar los esfuerzos para seguir en pos de la mejor calidad de sus vinos. Esta es la razón por la que nuestros vinos son cada vez más considerados a nivel internacional.